El TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) afecta entre 1,7 - 2,2 % de la población. Según la OMS está entre los 10-20 trastornos más incapacitantes.
Se caracteriza porque hay presencia de obsesiones: pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y frecuentes que se experimentan como intrusos, involuntarios e inapropiados y causan ansiedad o malestar significativos. La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o bien intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos, que se conocen como compulsiones.
Las compulsiones pueden ser mentales (p. ej., rezar, contar, repetir palabras en silencio o cualquier respuesta que se dé al pensamiento) o motoras (p. ej., lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobaciones). Son de carácter repetitivo, el individuo se ve obligado a realizarlas en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente.
El objetivo que persiguen es la prevención, reducción del malestar, la prevención de algún acontecimiento o situación negativa; sin embargo, no están conectados de forma realista con aquello que pretenden neutralizar, prevenir o bien resultan claramente excesivos.
Sean de un tipo u otro, las compulsiones son las que refuerzan las obsesiones; hacen que éstas continúen llegando a la mente de la persona e incluso van creciendo y mutando.
Dentro del TOC hay dos grandes grupos los TOC MENTALES (donde las compulsiones son principalmente mentales) y los TOC MOTORES (caracterizados por compulsiones motoras).
Tipos de TOC más frecuentes:
TOC Mentales:
La psicoeducación a las familias y/o pareja es fundamental e imprescindible. Tienen el papel de coterapeutas; son los que, guiados por el profesional, aplican las pautas que la persona con TOC va aprendiendo en consulta.
Normalmente, sin esta correspondiente psicoeducación, las familias o pareja participan de forma activa en sus compulsiones, reforzando así los síntomas. Esto se conoce como Acomodación Familiar y es importante ir reduciéndola de forma paralela al trabajo realizado por el psicólogo en consulta.
Sin duda, acudir a un especialista en TOC. La formación y experiencia clínica es fundamental. El TOC es un trastorno único, con una sintomatología única y con un tratamiento único.
La Terapia de Exposición con Prevención de Respuesta (EPR) es el tratamiento de primera elección y la única que ha demostrado evidencia científica. Es una técnica perteneciente al modelo Cognitivo-Conductual, y aplicándola de manera eficaz se encuentran los siguientes beneficios:
¡El TOC no es crónico, póngase cuanto antes en manos de un psicólogo especializado para diseñarle su plan de tratamiento individualizado!
Su recuperación es posible.
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